viernes, 7 de agosto de 2009

paseando

Pasear por las calles de las ciudad, a veces, trae buenas y agradables sorpresas.
Y el ingenio de esos artistas "callejeros", que improvisan escenario, que no espectáculo, ayuda a poner una sonrisa, un momento de relax, en nuestras ajetreadas, o aburridas, o estresadas, o perdidas o... lo que adas sean. De nuestras -adas vidas.

Y es que la música fluye de todas partes, todos llevamos algo de música en nuestro ser. Nos guste o no, la música nos rodea. Melodias, ritmos, colores, movimiento... todo puede hacernos bailar, tararear y hasta soñar.

1 comentario:

Spinnaker dijo...

Pues que fluya el ritmo y la música que siempre acompana a la alegría...se nota que estoy contenta por las Holandas